miércoles, 12 de enero de 2011

¿?¿?¿?Cualquier Instinto, pero instinto


Momento 6
No me hace falta ni mirarte a la cara.


Cada día que pasa soy más bipolar, me encuentro feliz conmigo misma, así de obsesionada y loca.
He descubierto que estoy embarazada psicológicamente, porque tantos antojos y caprichos, no pueden ser nada sano.
Tú estás ahí, tras el telón rojo, tras ese telón que te saca fuera de mi escenario, en el que cada uno pretende hacerse un hueco para que yo lo lleve conmigo.


Repartidos por todo el escenario tengo a mis "títeres", ocupándolo todo. Se diferencian perfectamente del resto, tienen cuerdas y pretenden hacer que creas que tienen vida propia y no son sólo objetos mecanizados. Pero tú lo ves perfectamente.
Mis pequeños títeres son de lo más variopintos. Altos, bajos, gorditos, flacos...pero todos cumplen la misma función. Sólo pretenden distraer. En ocasiones son realmente molestos, pero otras, te entretienen.
Lo cierto, es que me gustan mucho, porque son completamente huecos, no tienen nada dentro, con lo que me parecen completamente transparentes. Intentan engañarte y hacerte creer que están llenos de espíritu, pero son de esos insensibles que tan tiernos me parecen.
Se molestan en intentar que creas ciegamente en ellos, que son diferentes, y a pesar de títeres tienen un bailarín dentro, pero nada más lejos de la realidad yo sonrío enternecedoramente y les digo que me los creo. No pretendo causar ninguna crisis de autoestima a cualquiera que se suba a mi escenario, si lo que quieres es que crea todas tus patrañas, mentiras y enamoramientos fugaces, me los creeré por tí. Y también los querré siempre.
Ja, ja, ja.
Me encanta tenerlos ahí, tan inocentes e incrédulos pensando que no les veo las cuerdas y la mano que los mueve. Pero sólo sirven para crecer mi autoestima.

En medio tengo algún "actor de arte dramático", saben que todo son castillos en el aire que se han formado, pero viven una verdadera desgracia con cada gota de agua que cae al suelo.
Se esfuerzan por lo del arte de la seducción, quedar como sensibles y pringados, contarte las mentiras como si fueran cuentos y ¡Pum!, cuando no funciona sacan su Cara B, su "actor frustrado", celos, enfados, puestas de cuenta, y resignación. Con lo que acaban dejando de actuar, pero jamás dejando el escenario.
Un actor nunca se da por vencido en cualquier buena interpretación.

Y los figurantes, los que más estorban.

Mi mayor problema, es que me cuesta diferenciar a los protagonistas, de estos tres grupos anteriores. Clasificando directamente y sin pararme a ver cómo reaccionan ante la presión.

A veces me encuentro sola en este escenario, sentada en mi butaca y viendo cómo desperdician el tiempo. Me gusta ver cómo sus cuerpos se mueven lentamente por el escenario, sonríen y siguen ahí. Me encanta ver, cuando les aplaudo y se sonrojan, intentan acercarse un poquito más, y yo no les digo nada porque me gusta cómo se acercan, la manera en la que se interesan y me miran, lo dulces que pueden llegar a ser por interés y me encanta la repugnancia que me provocan con sus mentiras ahogadas en café frío.

Descanso con mi cigarro sobre un colchón cansado y callado, mirando las goteras y viendo la vida pasar, escuchando ruidos en mi cabeza y viendo cómo sin amor la vida no es nada, si no sientes nada no merece la pena vivir, si tienes miedo, eres subnormal y yo no sé en qué categoría entro, en la de suicidas, gilipollas o almas solitarias vagantes. No soy fea, pero sí un bicho raro que le gusta comer quizases. Te quiero soledad, pero no llenas. Quiero mi limonero, cada vez que cae un limón te odio un poco más, el árbol está vacío, saca tus propias conclusiones, pichón.
Ayer volví a vomitar, vomité palabras, te vomité a tí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario