miércoles, 3 de noviembre de 2010

Pasión inmadura




Momento 2

Cada uno decide ser lo que es.
Quizá hay ciertos días en los que ni siquiera puedes con tu alma, hay días en los que quieres que llegue el fin de semana, que llegue un viernes a última hora, que nunca lleguen las doce del Domingo, que el sábado dure 48 horas, que esos momentos especiales se paren y duren lo máximo posible, sólo buscas una escapatoria de la rutina, algo que te haga salir de la mierda acumulada de toda la semana, de todos los problemas acumulados, que aunque pequeños, juntos, son demasiados.

Deseas con ansia algo que tarda demasiado en llegar, algo que en vez que tres días, medio siglo es lo que parece quedar. Es que, hay veces en las que no tienes el suficiente ánimo para regalarle al mal tiempo una buena cara, que ni siquiera puedes encender un mechero. Los pies se te duermen y tienes ojeras por levantarte a las cuatro de la mañana.
Sólo quieres algo nuevo, algo nuevo que a veces llega pero desprecias porque realmente no lo querías, porque no sabes lo que quieres, pero quieres algo. Entonces, todo va en tu contra y empiezas una dinámica de pisotón tras pisotón, lluvia tras lluvia, descuido tras descuido, de mierda sobre mierda.

Pasas de un día querer comerte el mundo con un dedo, demostrar que tu estas ahí, pisando fuerte para dejar huella, con ganas de fiesta, a querer que lleguen las doce para poder irte a dormir a la hora de siempre. No sabes lo que tienes, ni lo que quieres.
Quiero algo que anime al personal y acabo dando vueltas sobre la misma piedra.

¿Qué ves a tu alrededor? apoyo. ¿Por qué apoyo? porque es lo que es correcto decir.
Pero nadie se da cuenta de tu situación, de que tienen que hacer que seas positiva, pero es casi imposible y no ayuda casi nada, pero aunque no lo quieras, el apoyo siempre es una muestra de afecto universalmente aceptada, ¿no?. Mi época, ¿cual es esa época?, una época de mierda, hay muchas veces que pasas por baches, que tienes miedo al día a día, tienes miedo al futuro, a lo que pueda pasar, a lo que pasa o cosas que puedan salir haciendo referencia a lo que pasó, tienes miedo a la felicidad, a sentir, a no sentir, a reir o a llorar, tienes miedo de la vida, de arriesgar y perderlo todo. Cuando estás mal, sólo quieres arriesgar lo menos posible, ir de poco en poco, pisando sobre seguro, apostando para ganar y haciendo callar. Supongo que esto es la vida, ¿dura?, tienes razón, no has elegido estar dónde estás, pero siempre puedes estar peor, el sufrimiento es nuestro mayor miedo, tenemos miedo al miedo , muchas veces no sabemos que hacer, como mirar o que palabra articular, ¿qué haces? te limitas a seguir la vida, dejar que las decisiones de tomen en el ultimo momento, cuando sabes qué es lo que hay, bueno o malo, lo sabes. Admiro a aquella gente que está permanentemente feliz, por las oportunidades que da la vida, por lo que la vida le ofrece, por aquello que le hace un poco más feliz cada día y porque las malas rachas son juegos del futuro, si, yo era una de estas personas y digo era porque no puedes ser positiva toda la vida, solo puedes serlo cuando las cosas positivas , superan a las negativas y no viceversa, pero siempre llega el momento de sufrir y bueno, supongo que por todo se pasa y que falta poco para que ese grano de la nariz se quite con tus problemas. Terminas cualquier cosa, por no seguir escribiendo, porque cada palabra es un motivo más para no estar bien, porque cada una de las palabras hace que tus ojos se empañen un poquito más y porque si empiezas a criticar al mundo, acabarás muriendote del asco, en el que vives.

Bienvenido, Instinto